domingo, 21 de noviembre de 2010

Tu fantasma (1983)


Elsa lleva ya dos semanas en el hospital. Ayer despertó y hoy entré a visitarla, todavía tiene el respirador artificial, pero está plenamente consciente. Le he contado sobre todos los mensajes de apoyo que he recibido de los amigos y amigas que siguen este blog, y ella alzó las cejas en señal de sorpresa, y después sonrió. Estoy muy contento de que haya dado un paso tan importante para su recuperación. Les agradezco a todos su apoyo y sus palabras de cariño, tanto para Elsa como para mi, me han dado una fuerza increíble para enfrentar esta experiencia tan difícil. Como la recuperación de Elsa todavía va para largo, hoy que volví a la casa resentí nuevamente su ausencia, así que aprovecho para compartirles la canción que traigo todo el tiempo en la mente.

Un abrazo, Irving.

Tu fantasma

Me decido a tararearte todo lo que se te extraña
desde el siglo en que partiste hasta el largo día de hoy.
Me acompaño de guitarra porque yo no sé de cartas
y, además, ya tú conoces que ella va donde yo voy.

Lo único que me consuela es que uso dos almohadas
y que ya no me torturo cuando te hago trasnochar.
Otro alivio es que en su árbol los pajaritos de alba
siguen ensayando el coro con que te bienvenirán.

El teléfono persiste en coleccionar absurdos.
Embromarme sigue siendo un deporte universal.
Y la puerta está comida donde la ha golpeado el mundo
—cuando menos una buena parte de la humanidad—.

El cine de enamorados tuvo un par de buenas pistas,
nuestro cabaret privado sigue activo por su bar.
Se nos sigue desangrando la llave de la cocina
y yo sigo sin canciones, habiendo necesidad.

Pueden ser casualidades u otras rarezas que pasan,
pero donde quiera que ando todo me conduce a ti.
Especialmente la casa me resulta insoportable
cuando desde sus rincones te abalanzas sobre mí.

No exagero si te cuento que le hablo a tu fantasma,
que le solicito agua y hasta el buche de café.
En días graves le he pedido masajes para mi espalda
(los peores ni te cuento, porque no vas a creer).

Hay días que en tu sacrificio acaricio tu fantasma,
pero donde iba el delirio no oigo tu respiración.
Siempre termino en lo mismo: asesino tu fantasma
y la diana me sorprende recostado en el balcón.

Ya no sé si lo que digo realmente nos hace falta.
Hoy no es día inteligente y no sé ir más allá.
Pero cuando puedas vuelve porque acecha tu fantasma
jugando a las escondidas y yo estoy muy viejo ya.

4 comentarios:

  1. Hermano, cuánto me alegra saber que tu Elsa despertó y está consciente. Soy seguidor de Segunda Cita y todos hemos estado pendientes de noticias sobre tu amada. Ya estarán nuevamente compartiendo la vida. Mientras tanto que "Tu fantasma" sea el poema hecho canción que no habla hoy de despedidas ni de ausencias, sino una antesala a lo que está por venir para los dos. Un abrazo enorme desde Colombia

    Carlos Eduardo

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  2. Irving, gracias por esta entrada. Ya me estaba preocupando, pero no quería acosarte con preguntas sabiendo el poco tiempo del que dispones. Esta ha sido una gran noticia.

    Un abrazo a ambos,

    Maria

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  3. Me da muchísimo gusto lo que cuentas Irving. Me gustaría estar ahí para darle un abrazo a ambos y cantaerle juntos canciones a Elsa. Abrazos,

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  4. Amigo, Espero que todo esté marchando bien. Les deseo todo lo mejor del Cosmos para ustedes.

    Un gran y fuerte abrazo solidario, desde Caracas.

    ¡Se le aprecia un mundo!

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