miércoles, 18 de abril de 2012

Depredador (1986)



En aquel post sobre canciones eróticas de Silvio Rodríguez se quedó fuera este tema de reciente descubrimiento. Compuesta en 1986, "Depredador" nos habla del sexo como un juego de poder, una lucha entre el depredador y la víctima, un acto donde se mezclan la sed, la locura y la lujuria, que lleva a los amantes al destino de una tarde sin dolores. Hermosa canción.


Depredador

Cayó sobre su presa y la inmovilizó,
como una amarra.
La pequeña era un cuerpo de temblor
debajo de sus garras,
tan palpitante,
que sintió la lujuria de la sed
magnífica y quemante.
Y pasó el tiempo, el tiempo largo,
entre el colmillo que depreda y la piel
de la víctima en letargo.

La tarde simulaba no reconocer
la vieja trama,
y su espejo era un hombre, una mujer,
un fuego y una cama.
La tarde pura,
con su rostro de prados del candor
y el alma de locura.
Pasó la tarde, la tarde larga,
entre el colmillo que depreda y la piel
de la víctima que aguarda.

La viva rosa de la carne se abrazó
a su destino
y corrieron los jugos del amor,
como perfecto vino.
Vino de amantes:
fértil savia para doblar la sed
mientras más abundante.
Pasó la tarde, la sin dolores,
entre el colmillo que depreda y la piel
de su víctima en amores.

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